SOLAMENTE PERDONA

Una historia para Nelly

Un día, una dulce niña, creyendo vivir la incomprensión de no saberse correspondida, le preguntó a su viejo profesor, porqué las gentes no perdonan el error de otros, o mejor aún, porqué simulan ser tan rectos que se niegan a reconocer que también ellos los han cometido.

El profesor, adivinó enseguida lo que pasaba en aquel joven corazón, todavía muy tierno para ser atormentado, pero ya muy ávido de saber del sufrimiento y del amor.

Sonrió y acomodándose sus gastados lentes, le dijo:
"Querida niña, es dado en los humanos, no valorar las ideas ni los sentimientos ajenos con la misma medida que los propios, eso sucede cuando no se ha alcanzado todavía la estatura que nos da el amar a un semejante, porque amar, y apréndelo, es entre otras muchas cosas, perdonar, ya lo ha dicho el poeta, el que más ama, perdona más.

Pero que no te inquiete lo que ahora sufres porque no es importante, quien prefiere acusarte en lugar de amarte, quien se esmera en herirte antes que comprenderte, no es todavía quien tú esperas y sin duda mereces. El que te habrá de amar y comprender, el que ha de compartir y acompañar, aún está en camino... aguárdalo,... vendrá!

Mientras tanto, tú sigue siendo así, alegre y buena, que no te apenen nunca las vivencias pasadas. Los errores no existen, sólo son experiencias que se van agregando para forjar tu vida. Vive, y desde ahora sabe, que nadie tiene derecho de acusar sin primero escucharse; antes de cualquier juicio hay que verse las manos, hay que mirarse el rostro, escudriñarse el alma, y si después de hacerlo te sientes el más limpio, el más noble y el más elevado ser humano... entonces, no condenes, solamente perdona!"

La joven se quedó pensativa, se iluminó su rostro. Aclarada su duda, le dio un pequeño beso y se alejó. El viejo profesor se acomodó sus gafas, y se fue por los pasillos saludando de mano a mil jóvenes sueños.
_______